Las redes sociales, aún después de haber sido creadas hace varios años, continúan siendo un medio que puede explotarse de forma ilimitada. Cada vez hay más usuarios, cada vez hay más opciones y cada vez más pareciera que las webs de venta están quedando relegadas. Es constante encontrarse con grandes emprendimientos que no tienen una web o la que tienen realmente no sirve de mucho y apenas si la usan. Manejan todo su catálogo a través de instagram e invitan a las personas a comprar por mensaje directo o whatsapp, sin mencionar que esto reduce enormemente los costos y permite enfocarse en el mantenimiento de un solo canal. Teniendo este en mente ¿vale la pena tener una web?
Y la respuesta es bastante simple, SÍ, deberías tener una web e iremos por parte para explicártelo. Las redes sociales son impresionantes y cuando te encuentras en el medio es fácil darte cuenta que cada vez más se están enfocando en que todo pueda encontrarse de forma interna; sin embargo, aún las redes sociales no llegan a compararse con lo que puede hacerse con una web. Si tienes un negocio en redes y quieres pasar al siguiente nivel, tener una web es supremamente necesario, ya que puedes controlar al máximo todos los pasos del flujo de compra. Con una web lo puedes saber TODO, desde si una persona no pudo entrar, hasta en dónde dio click, que le gustó y hacer remarketing específico de lo que estaba interesado.
Las redes sociales saben muy bien esto y es por eso que dentro de sus administradores de anuncios ofrecen enorme cantidad de opciones que se pueden integrar a las webs, es más, NO puedes sacar el potencial total de tu red social si no tienes una web. Las redes sociales funcionan más como apoyo y generadores de tráfico, pero para crear flujo verdaderamente automáticos y locos, es necesario una web que centralice a las personas y la información.
Ahora, es importante aclarar que aunque sí deberías tener una, no significa que debes tenerla ahora. Construirla como debe ser, y dependiendo del negocio, requiere una inversión de capital importante, sin mencionar también a un experto en marketing digital que sepa optimizar al máximo y aprovechar todas las funciones que esta puede ofrecerte. Este tipo de inversión no siempre pueden realizarlas los negocios y es allí donde entran a jugar partido las redes sociales. No sustituyen una web, pero sí se convierten en una herramienta poderosa para quienes están iniciando su negocio digital.
Una estrategia de marketing puede ser tan compleja como permita tu negocio en la fase que se encuentre, como lo permita el capital y como lo quieras tú. Hay quienes hoy ya están hablando de inteligencia artificial de implementarla en sus estrategias, cuando aún ni siquiera pueden crear una estrategia de contenido digital que le guste a las personas y que realmente aumente las ventas. No hay nada que diga que tu estrategia debe tener X o Y, porque existen casos para todas las probabilidades. Hemos conocido y trabajado marcas personales con más de 3 millones de seguidores que no aplican estrategias de marketing digital para nada complejas y aún así venden porque el contenido creado es excelente y las personas aman la marca, como también hemos conocido cuentas que no pasan de los 100 mil seguidores y venden mucho más que la de 3 millones con estrategias e marketing impresionantes.
Al final es como ya hemos mencionado en varias ocasiones. El marketing es dinámico, cambiante y no hay nada escrito. Existe una línea ideal de cómo hacer las cosas, de cómo debería comportarse tu estrategia y existen formas de potenciar la etapa en la que se encuentre tu negocio, pero todo dependerá de hasta donde quieras llegar. Hemos tenido personas que no les ha interesado tener una web porque no quieren involucrarse en un proceso más que les quitará tiempo y dinero, aunque este les permita ganar más a largo plazo, y hemos conocido a quienes quieren implementar todo de golpe, sin pensar bien en una estrategia. A la preguntas ¿debería tener una web? la respuesta es depende de lo que quieras y de qué tanto quieras potenciar tu negocio.
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